Fantasmas que Confunden

Nuestros imaginarios están basados en las propias experiencias que hemos vivido desde niños en estas sociadades donde las creencias y todos aquellos insucesos son los que hacen que seamos así. Algo parecido a los pintores y a los artistas en general. La vida de Van Gogh en sus pinturas, las de Dali, las de Picasso en cierta medida son los reflejos de sus vidas. Lo mismo pasa con los que escriben, o realizan sus hazañas para que otros convivamos sus ejemplos, o simplemente los tengamos en cuenta para saborear y realizar nuestros espíritus.
Y todo ésto, para continuar con estas historias que son el reflejo de la vida de un "Autista", que por cuenta de unos personajes se ha visto sometido al peor de los improperios. Y claro que en medio de esas realidades que le parecen tan absurdas y conflictivas, como que comienza a entender, que lo que ha vivido ha sido por cuenta de una historia que desconoce, pero que se la han ido contando mediante confabulaciones; y así uno termina reflejando en lo que escribe lo que la sociedad ha hecho de uno, así se haya pretendido ser otro. Y como en esas maldiciones de Tutankamón, los que lo han enredado y enredado como el personaje de aquel "Nudo Gordiano" de los Griegos, que es imposible de desatar, pues de su historia tan sólo se sabe de los que lo han pisoteado, mientras que la verdadera realidad la pretenden ocultar mediante embustes.
Uno termina un mal nacido por cuenta de estos enjundiosos personajes que bien confabulados reclaman seguramente lo que en verdad no han logrado.
Por esas cosas de la vida, y cuando se está al punto de irse para el otro mundo, como en la historia del Ave Fénix, al tratarla de contar cae en la cuenta de que lo que ha vivido ha sido una extraña conspiración en donde le parece que va mucho más que lo que uno se imagina, y en esos incordios en donde los vellacos proliferan como si hubiera una orden preconcebida desde su nacimiento, al ir hilando su vida, al ir recobrando parte de la realidad que ha perdido por cuenta de circunstancias que lo han llevado a la locura y casi a la muerte, comienza a comprobar que ha tenido sus enemigos particulares, y que su vida ha pendido de un hilo, por cuenta de esa otra historia que desconoce, y que muy probablemente pudo ser la causa de su desgracia; y que aunque en un momento en medio del delirio a que fue sometido, descubre que en esas calles muchos han perecido sin darse cuenta de sus perseguidores, pues sus fantasmas los han confundido tanto, como le pasó a Van Gogh, o a Heminggwy. O aquí en nuestro país a Jose Asunción Silva.
Y aunque el escribe no se puede igualar a estas personas  por que nos dejaron un legado, si descubre que seguramente éstos pudieron morir de otra manera, ya que lo ha vivido en carne propia por cuenta de esos personajes, que mediante esas arbitrariedades que a cualquiera pueden llevar hasta el suicidio, termina por comprender la fragilidad del ser humano cuando se ve abrumado, en la que los picaros son los mejores. Y es entonces cuanto el que escribe decide comenzar a contar otras historias, para poder decir que muy probablemente el "Autismo" no es más que una respuesta de protegerse de los inquisidores, que quieren mediante amenazas  aparentar que son confictos de familias, cuando en lo real no son más que unos delincuentes. Debe de existir otra historia, porque en esas paranoias y en las cosas muy comunes que le han sucedido, todos éstos parecen que han terminado por contarle otra historia, como si en verdad fuera otro, por cuenta de esos fantasmas que nos confunden tanto, y que a tantos ha confundido, así como a la historia de nuestra sociedad. Así son estos fantasmas.
Así cualquiera termina por confirmar que lo que nos han contado no son verdaderas.
Son historias amañadas para sus fines perversos.
Desafortunadamente, también en lo político y social sucede lo mismo. Son imaginarios que nos están haciendo mucho daño, pues de eso viven aquellos en los cuales nosotros confiamos de su idoneidad como personas y hombres de bien.
Nos han engañado, así como lo han hecho con otros.
Y para éstos, uno no vale nada.