Historias de Abolengos 5

cronicas gendarmesLas historias que vengo contando son ciertas. Aunque para los profanos pudieran ser ficticias. Los estigmas que yo llamo de policía son reales y existen. Para cualquier desprevenido éstas no son más que ficiones. Si se las ha leído todas en este blog, pensará que hacen más parte de las novelas que cualquier bloguero puede crear por internet. Y sin embargo aunque no me crean, estoy contando lo que pienso sobre lo que me ha acontecido. Solo tenga en cuenta, que en derecho existe un axioma  que más o menos dice:
"Un indicio no significa nada". "Dos o más indicios pueden significar una prueba".
Y claro que lo anterior no es más que una especulación respecto de circunstancias que el autor ha vivido, y que pueda que no correspondan al axioma que el autor dice, pero que en la realidad se asemejan a lo que digo.
Es imposible que Ud. se figure que dentro de los listados policíacos alguien lo pueda conocer, sin Ud. haber sido delincuente, o por lo menos haber ido a alguna prisión por haber cometido un delito, o porque como nunca lo ha sido cree que es un ciudadadano de bien, que  tiene derecho de ir adonde se le plazca sin que nadie, menos una autoridad lo atormente sicológicamente, los supuestos mercaderes de la información no instiguen al que se considera una persona que no le debe nada a nadie. Yo tengo la prueba. Llegar a un país desconocido, y ser víctima de extrañas provocaciones en las que los orquestaron hacen parte de esos cuerpos de seguridad estatales, a sabiendas que uno no es ningún forajido; y que además ni siquiera pertenece a ningún grupùsculo que insinúe que es un conspirador o enemigo social.
Que haya sido marcado por esos extraños estigmas que la misma sociedad mediante estos inquisidores se encarga de forjar mediante sus habilidosas extratagemas del montaje sicólogico, que a la larga terminan por repugnar a los que creemos que estos no deberían ejercer dichos oficios singulares porque se parecen más a los delincuentes que a diario vemos en las calles, ya que  obedecen a intereses particulares, y nos desaniman con el cuento de que son de ley, cuando en realidad no son más que unos corruptos vivarachos que le están haciendo daño a nuestra sociedad. Es una lástima que con los años los veamos disfrutando de pensiones que no se las merecen, porque se encargaron más bien de hacer el mal a los desprevenidos ciudadanos que cayeron en sus redes por cuenta  de otros, y que mediante sus prácticas enloquecieron a más de uno, aunque nos hagan(como en el caso mío) aparecer como unos verdaderos vividores. Con sus prácticas se dan el lujo de hacer los lavados de cerebros, mientras que sus víctimas terminan locos o muertos. Como caifases se lavan las manos, y nos pretenden enseñar sobro lo bueno y lo malo de esta sociedad. Nos hacen  creer que son de los mejores, y tal como el autor lo ha vivido, no ha sido sino pisoteado en contubernio con familiares y amigos de donde deduzco que todo fue por esa extraña relación de familia en la que muchos salieron a ver qué se ganaban.
Es así como en medio de semejantes incordios la realidad termina por imponerse. A Serafín, como venía diciendo, lo conoci en el club de ajedrez "Capablanca". En esos juegos en las que todos participan. Apareció un dia ofreciendo unos libros baratos de una enciclpedia, con el cuento que le podrían servir a una amiga que tenía unos niños pequeños. Aunque no recuerdo bien de dónde resultó en aquel amplio espectro de jugadores que conocí en su momento, si recuerdo que Aldana fue el anfitrión que me lo presentó para este singular negocio en el que yo no me iba a ganar nada. Y además , como caso curioso con aquella amiga compartí una amistad de muchos años y de los que tengo muy buenos recuerdos por su personalidad honesta, aunque en alguna ocasiòn frente a unos contratos que tuve con el Bienestar Social me recomendó que no dijera que supe de esos trabajos por cuenta de ella, y porque realmente con ellos más que perder me acabaron de enloquecer todos aquellos que quisieron colaborarme en esos trabajos adonde todos eran hijos de agentes estatatales en el Lago Timiza, y en el que me recuerda a un cuñado de Primorov del que habla "El Embrujado" en sus crónicas porque con su participación, que después abandonó; me dejo en medio de estos voraces manipuladores y casi que rufianescos timadores para conseguirse su dinero, pues de manera burda no solo se robaron lo que pidieron, sino que terminé ido de la cabeza en la que ladrones de calles como jaurías salieron a ganarse su botín conmigo, como si en realidad en esas calles yo ya fuera conocido para estos mendaces, y en donde creo despuès de semejantes infortunios que hubo una extraña complicidad entre esos ladronzuelos de calles, vecinos de ese barrio que lindan con la calle de la culebrera, y adonde el autor de "Crónicas Gendarmes" ha dado en llamarla después de regresar de Venezuela y haber tenido que volver a vivir allí en La casa maldita, como consecuencia de la muerte de la tìa con la que viví muchos años de mi vida, y adonde toda una pandemia de vigilantes privados, agentes estatales, y un sinnúmero de comerciantes que con el cuento de que el país estaba en peligro de caer en manos de la subversión, aunque hubiera podido ser así, en esos ríos revueltos más bien parecieran(por lo menos los que me salieron a mí eran  ladronzuelos, policías de calles y vigilantes privados en un extraño festín muy bien organizado soterradamente, y aunque yo estuve demasiado ido de la realidad durante muchos años de mi  vida) que uno de los enemigos era el autor que escribe estos blogs, mientras las calles y mi propia vida me las acabaron por  convertir en un infierno, como si esos vecinos fueran unos dioses , y uno fuera un sinverguenza al que había que mandar al otro mundo, sin contar con el daño que me hiceron con todos los clientes que tenía en  todos los barrios adonde traté de conseguirme el sustento. ¿Y qué tal que hubiera sido un delincuentico o un vicioso de esos que abundan en nuestro medio? Aunque según parece el autor lo que ha tenido que vivir ha sido un secuestro mental y económico por cuenta de esos super misteriosos e imaginarios personajes de los mil demonios.
Ya había conocido a Numa mediante Pablito, un amigo que conoci en un grupo político en Ibagué, y con él a toda una pléyade de personajes que en sus años juveniles eran sastres o tenían alguna relación con ese tipo de oficios en el que la orfebrería del oro y las esmeraldas eran muy comunes.
Fue así, como durante unos cuantos años, tal vez dos o más de uno, distinguí a aquel personaje en esas situaciones en el que muy probablemente estaba tras la realización de sus sueños. Y estos rebuscadores que por alguna circunstancias de mi supuesto estigma o marca, hicieron que durante unos cuantos meses lo viera de seguido en aquel lugar. Y por esa misma razón todos los amigos más cercanos que como Memin, Miguel A.,  Aldana, y otros muchos que fueron apareciendo, compartieron algunos encuentros de festejos entre ls juegos de el ajedrez, el billar y el tejo, y que eran muy cercanos para este grupo de entusiastas y supuestos vividores en los azares de los destinos de la vida.

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