CASIMBA (continuación)

En esta caseta sus dueños expendían la fritanga que no había conseguido a donde Ernesto. Como era tarde de la noche, y a sabiendas que en la casa no había comida porque estaba solo ya que la tía con la que vivía permanecía más en ibagué que en Bogotá, y yo que ya no tenía el dilema de ir obligatoriamente hasta la casa a prepararle la comida a Muñeco(un perrito que nos acompañó más de 10años) y que murió de viejo; decidí que era el momento de comer. No tenía como costumbre en comer en negocios desconocidos, y en especial en aquellos de "Coma parado, y siga su camino" como los que ahora consumen hamburguesas en las calles, pero tenía hambre. Estaba en esas, y aunque no lle había prestado atención, un perrito pequeño de esos de la calle, moviendo alegremente su cola me invitaba a que compartiera con él su comida. Aquel perrito me había seguido por más de cuatro cuadras desde antes de pasar la avenida Caracas, como si yo fuera su amo. Me llamó la atención, y aunque le dí la fritanga que pedía seguí mi camino hasta la avenida décima para tomar un taxi, pues llevaba la maleta de vendedor con mi mercancía de cachivaches que vendía al por mayor en las misceláneas de los barrios de Bogotá ,y no quería que me la robaran. Ya me había pasado muchas veces.
Aquel perrito me siguíó incluso hasta cuando fui a abordar el taxi. Mientras abría la puerta, éste seguía moviendo la cola amigablemente y ladrándome como si en verdad fuera su dueño; estaba sucio como si sus dueños fueran mecánicos, miré al chofer y le pregunté:
-¿Se puede?
Me dijo que sí. Agarré aquel perrito y me lo llevé para la casa. Cuando regresó la tía, ya tenía un nuevo comensal.
Y claro que aquí no termina esta historia porque era muy parecida a Casimba, que según me contó muchos años después su dueña (no hace más de 2 años), en la avenida sexta casi al lado adonde existen muchos talleres que abundan en el sector, y en donde según entiendo entran muchos de sus dueños y algunos funcionarios públicos que allí existen por existir una estación de policía muy famosa, y muchos talleres de reparación de automotores.
La historia de Casimba era muy parecida a lo que me había acontecido con aquel perrito. Y claro que la suya es mucho más moderna porque aquello me sucedió hace más 30 años, y ésta tan solo unos diez u once años. Eso creo. Pero será para la próxima.

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