Más de la misma saga

Estos mundos más que irreales se parecen al del absurdo como el de "las sillas" de Ionesco. Tal vez entre los dos pueda existir una diferencia muy sutil porque la realidad es tan absurda que compararla con la obra de éste dramaturgo pareciera que no lo fuera. Los imaginarios del autor son tan incomprensibles que muy probablemente el espectador desprevenido que entrara a verla no la entendería. Así me pasó hace muchos años, cuando estaba joven. No la entendí en su momento. En la mitad de la función me retiré, mientras la mayoría de los que asistieron se quedaron. Son obras que uno no entiende en su momento, pero que con el tiempo la vida nos va enseñando muchas cosas, que aunque parecían inverosímiles, ahora son realidades. Reza un adagio popular"Que el hombre en sus dificultades, conoce a sus amigos". Recién operado de la columna vertebral aunque estaba en un estado mental muy parecido al del que nos describen los cristianos, ni en el cielo ni en el infierno; sino mucho más allá de la realidad. Todavía no comprendía cómo familiares muy cercanos no acudían en mi ayuda. Estaba impotente ante los galenos y ante los siquiatras que incluso ahora, después de muchos años me parece inverosimil que a una persona le pueda pasar todo ésto. Ni siquiera uno puede comprender que en determinadas circunstancias se puede ser víctima del mismo Estado. Por su inoperancia, o porque simplemente por su propio estigma desde niños, en medio de tantas infamias que a diario vemos, uno para éste no es nada. Y entonces la "Naranja mecánica", "Escapados sin salida" para uno son realidades mientras que para los que no la han vivido son meras fantasías. Aclarando claro que lo que nos cuenta Stanley Kubrick en su película en nada se asemeja al autor pues no será santo, pero tampoco un maleante o un degenerado. Y así como no entendí las sillas de Ionesco, y claro que como uno estaba inmerso en esos sueños que todos nos forjamos desde muy tempranas edades, adonde creemos que el mundo lo podemos coger a nuestro propio antojo sin pensar que solo estamos viviendo una etapa de nuestras vidas, y que el universo que nos rodea es tan cruel que ni lo bueno ni lo malo tal y como nos lo pintan lo son, uno es incapaz de concebir que alguien lo haya querido perjudicar desde siempre. Sólo se entiende en esas circunstancias. Pero como se vive en esos universos del absurdo, se termina por creer lo que los familiares le dicen, y poco a poco basado en otras circunstancias que de niño vivió, que otros le contaron, se termina por comprender que se ha estado en una especie de aislamiento y de persecución, y que muy posiblemente así hubiera podido vivir en otro lado rodeado de otros personajes, siempre habría sucedido lo mismo. Uno descubre que el mundo en el que creemos, no es tan así. Mascaradas en las que todos los que lo han rodeado lentamente se las van quitando y van quedando en lo que son: Apariencias. Y es así como se desmitifica nuestros conceptos de libertad, de justicia, de valores éticos que todos presumimos en esta sociedad, terminamos por comprender que las vanalidades de las que todos vivimos son las que imperan , y que lo que uno a estado es como preso, como en los personajes de "Escapados sin salida", o que se ha sido un conejillo de indias como en el personaje de "La naranja mecànica". Un extraño secreto. Un estigma que uno no sabe, pero que a cuenta gotas uno se va formando una idea en la cabeza, y así es como se termina comprendiendo parte de su angustiosa existencia. Y claro que no me refiero a lo que nos dice Jean paul Sartre, ni a lo que nos habla Marcuse de nuestra sociedad de consumo, ni a lo que nos narra Buñuel en "El discreto encanto de la burguesìa", sino a realidades que se parecen a las irrealidades que nos describen los novelistas, los escritores de teatro, o lo que nos cuentan los que estan metidos en el séptimo arte, en fin a l mismo. O la realidad es un absurdo al estilo de lo que nos cuenta Ionesco, o la irrealidad consiste en que los imaginarios llegan hasta el extremo en que las vanalidades del ser humano siguen imperando utilizando el poder, ya sea del dinero o de la fuerza del mismo Estado. Digamos que en esos años juveniles uno estaba inmerso en ese universo en donde las amistades le fueron saliendo como a todos los humanos. Al estilo de Aristóteles: Un animal sociable. Un animal político. Un ser. Claro que en este universo uno se confunde. Los ladrones no son lo que son, y los que uno considera que son sus amigos resultan siendo sus peores enemigos. Y qué decir de familiares. Y ahora, qué tal que se le considere como una persona que vale menos de lo que es por las apariencias en las que todos consideran que uno no es nada. Un pobre infeliz que en el que peor de los casos, y debido a sus realidades por sus relaciones de familia, todos creen que van a conseguir su "Dorado". Al estilo de "La leyenda del dorado". Además, le han sucedido tantas cosas, que es casi un imposible que se entienda su situación, y como estos imaginarios son tan intelectuales y casi como dioses parecidos a la de los griegos o los romanos, terminan por inventarse sus universos irreales. Acaso Dios no creo al mundo en siete días? Cuando estudiaba en San Simón tuve la fortuna de estudiar con diferentes compañeros, que con el tiempo he terminado por entender otras realidades que a lo largo de mi vida me parecieron inverosímiles. Absurdas, al estilo de lo que nos cuenta Ionesco con la obra de teatro que dije.
En una ocasión, después de haber conocido los imaginarios del materialismo histórico y dialéctico, de filósofos que nos despertaron hondas inquietudes por el origen de la vida y del universo mismo, y de haber leido algo de Hegel en donde se comprende que lo bueno y lo malo hay que mirarlo bajo la optica de las contradicciones; de haber conocido jovenes en los que creyó después de haber compartido con ellos ideas comunes, y sueños que a todos nos parecían que estaban a la vuelta de la esquina de la vida; la vida se me fue pareciendo a las del cuento de Borges en la que un soñador sueña un sueño, y cuando se despierta, éste que lo hace no es mas que otro sueño. Es decir que toda mi vida fue sometida a toda una serie de estratagemas como para aislarme de la realidad, y para hacerme creer en otras cosas mientras la vida estuvo en peligro por cuenta de otros que ni siquiera conocía. Como si un poder omnimodo me hubiera querido tener siempre en el ostracismo. Personajes extraños. Más bien podría decirse que fueron las irrealidades de lo absurdo.

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