Técnicas.Técnicas. Técnicas...

Bueno. Para poder continuar con este blog hay que decir algunas cosas. Edito mi primer cuentico de Crónicas de policía y mis vecinitos se afanan por dejarme una tortolita muerta al frente de la entrada del interior y de paso un hacker en un internet del mismo barrio ya me había arreglado la plantilla del blogger para que no apareciera el cuento como yo lo quería. Que todos los vecinos, los comerciantes, los loteros, los vagabundos en un momento me hayan salido, y siempre con los mismos cuenticos, haciéndolo creer a uno un delincuente,qué verguenza. Y que durante estos largos 8 o más años uno estuviera en la boca de tantos personajes como si detrás estuviera un fariseo y que de manera organizada se hubiera prestado para semejantes patrañas, y ésto no eran más que la continuación de las técnicas que desde niño se habían instaurado para practicar y practicar. Ese es el problema de ser conejillo de indias. Y qué interés tenían unos vecinos en un interior, y en el aledaño, y en la cuadra, y en la manzana y en los barrios muy cerquitas incluyendo a Sanvictorino para nefando trabajo de sicosear. O es que había matado a alguien? O les había robado? O querían la casa? O es qué tenia dinero?O es qué era un miserable y por no tener sangre azul no tenía derecho a vivir en el barrio? Mí papá me lo había advertido. Tenía que irme para Ibagué. Y yo andaba asustado. No loco, no sé. Tan raro. Hace muchos años antes de irme para Venezuela, después que me habían pasado cosillas,en una extraña confabulación de familiares y vecinos, de amigos siniestros, más siniestros que el mismo diablo, en la misma época que a la tía le habían conseguido un niño y figuraba como si lo hubiera tenido, éste no quería que me fuera. Que él me quería comprar esa casa y dármela por herencia. Y resulta que ahora(hace varios años) antes de morirse(si es cierto) y ojala no haya sido así, quería que me fuera. Por qué? Antes de dejarme por herencia, un apartamento en la Fraguita, quería darme uno en Fontibón en unos apartamentos que habían sido construidos para empleados de los servicios policiales. Y sucede, que durante años, de manera muy sutil, fueron creando la cizaña, haciéndome creer que yo era una especie de fugitivo y de perseguido, cómo si debiera algo. Así es ahora.Esas extrañas maneras de asustar a la la gente y enloquecerla. Tanto interés. Cuánto valés. Al paso que va acaban con la fauna zoológica del barrio. Han practicado mucho. No sólo me pusieron gatos muertos. Perros, uno de por aquí cerquita, despues que me siguió un muchacho en todo el recorrido del bus. No lo puedo creer.Lo habían drogado, y cuando y pasé cerca de éste en una acera de Fontibón estaba como drogado pues tan solo movía los ojos. Y el otro, fué uno parecido a otro que veía frecuentemente cuando iba a una de las tiendas del sector. No sé si se referían a éste primer cuento o con esas suspicacias que tienen de brujildos, lo hacía basados en que al que le da el delirium tremens comienza a ver animalitos. O simplemente se habían leído los cuentos,relatos que entre otras cosas fueron creados basados en noticias, la mayoría de las veces, por sucesos cotidianos que leí en Venezuela sobre una cultura que son muy comunes por allá, y otras sobre cosas que pasaron acá en Colombia. Qué trabajito de inteligencia.Además hay que decir que cuando el alcohol comienza a afectar el cerebro, esos animalitos son siempre pequeños como ratones y otros roedores que se les parezca . Es muy extraño, y lo tengo bien claro porque cuando estuve hospitalizado en la Hortúa yo estaba loco y era como si me hubieran drogado y drogado, creo que debió ser en el Lago Timiza, fuera de que(estará bien dicho?) colocaban las rejas en el centro operativo local en los ventanales donde no estaban estipuladas en el contrato, a base de cuentos y cuentos haciéndome creer que era un perseguido. Técnicas, técnicas... Y qué decir que uno cuando llega a la casa del embrujito, toda una jauría de personajes y personajes me van saliendo como si supieran lo que me había pasado insistiendo en repetirme el delirium tremens. Y es entonces cuando se repiten las voces que uno siente y de tanto oirlas uno termina suicidándose o alguien lo provoca y termina en la cárcel, en un hospital o en el cementerio. Pero pareciera, que después de la operación, no sé si por las varillas en la columna vertebral, o porque algún aparato me colocaron, y a pesar que estaba ido, muy ido del susto, de la cabeza, con ciertos aparaticos, o por la radio, y por las calles oía las voces. Pero tambien salían loteros, vendedores de dulces, personajuchos que hábilmente me decían algo como susurrando al oido, y seguían tranquilos.Cuando no me provocaban trataban de repetirme las voces. Y Sólo cuando escucho las voces de algunos vecinos y la de un primo y son muy coherentes yo comienzo a dudar. O en la operación me colocaron algo, o de alguna manera mis nervios estaban crispados y mediante un transmisor, a una frecuencia determinada me enviaban dichos mensajes tan coherentes, y yo los captaba. Si no hubiese un interés de por medio nada me hubiese pasado y yo no estuviera contando esta historia, para que mi hacker particular lo leyera. Qué trabajo de inteligencia.Y yo que me escribí un cuento en las crónicas policiales sobre una historia de una casa en donde soy un perseguido y que por cuenta del alcoholismo y un extraño romance la casa se convierte en un lugar para hacerme todo un trabajo para enloquecer al personaje, resulta que en la vida real despues me la hacen y practican con mis cuentos.En el hospital de la Hortúa, después que salgo de la operación, cuando me despierto escucho voces como si fueran de la cocina. Creo que debía ser el restaurante del hospital a donde preparaban la comida para los enfermos. Me estaban aplicando suero, y entre sueños las oía después de salir del dopaje por la operación. El pánico me provoca miedo. Sin embargo cuando miro bien, las voces provenían de un pequeño transmisor que me habían colocado en el vendaje a donde estaba la aguja del suero. Trato de quitarme el pequeño receptor asustado, pero una enfermera me lo quita. Yo lo quería guardar para tenerlo como prueba. Mis propios familiares y durante años creyendo que me perseguían por política, o porque me confundían con el otro.Da verguenza semejante canallada. Sí no me conoce ni la familia porqué a mí únicamente me conocen personajes y personajes secretos de secreticos en una confabulación de toda una vida. Un día antes de la hospitalización, después de andar como loco por las calles, y sin dormir durante varios días, salgo asustado del apartamento en que viví en San Antonio. Durante esas noches y mucho antes, en el andén, al frente de la ventana de la sala frecuentemente se paraban personajes a hablar barrabasadas amenazantes. Las cajas del menaje personal que tenía regadas en el piso,pues había salido huyendo de Bellavista porque allí casi me matan,las coloqué unas sobre otras. Rompí los vidrios de los ventanales. Una radiopatrulla llegó. Estaba drogado para ellos. Ahora que lo pienso, podría ser cierto. Esa noche salí huyendo. Abordé un taxi. Cuando iba dentro de él, podía escuchar la voz siniestra y gruesa de alguien que me amenazaba. Era una voz ronca. Cuando regresé a la casa embrujada y despues que me quisieron repetir el delirium tremens en el centro, un tipo me miró amenazante y me hizo un gesto, recordándome una extraña situación que había vivido meses antes, cuando resulté aporreado sin recordar nada por allá en una montaña. Después escuché la voz cuando hablé con la tendera. Si era la misma. O fué por la radio del taxista o de alguna manera pudieron hacer que escuchara las voces. Para el otro día, despues de haber andado toda la noche escuchando voces y voces, compro un cuchillo y trato de hundírmelo en el estomágo. No puedo. Decido botármele a un bus. No lo puedo hacer después de haberme tomado media de aguardiente(licor, para los que no saben). Entonces decido andar por las calles. Las voces diferentes de gentes que me amenazan se van, y vuelven con el viento. Puedo escuchar el sonido de un mosco. Pero hay unas voces que sé, que fueron coherentes. Entonces me voy para el Bienestar Social del Distrito a donde había tenido los contratos, cansado y asustado casi con pánico después de haber deambulado por diferentes edificios oficiales tratando de denunciar que me querían matar. Pero estaba loco y drogado.Tenía pánico.Me boto dentro del edificio de un segundo piso al primero, pues las voces están ahí, y son coherentes. Llaman a mi señora. Un hermano medio aparace. Le entrego mi cédula. Esta se refunde con el tiempo.Me suben atrás en una camioneta platón de un amigo de éste. Dos agentes motorizados me acompañan. El pánico es peor. Yo quiero morirme y en el hospital le digo al médico que me aplique algo para ésto.Mí hermano medio habla por teléfono:
-Sí oye, papi?
A pesar que está lejos, su voz retumba en mi cerebro. El sopor comienza. Y el trabajito continuaría.Todavía lo hacen. Y la tortolita?

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