DEL IMAGINARIO

Todo me lo quitaron.Todo. Vida,sueños, muy procazmente a través de los años sin entender porqué.Todo, supuestamente todo. Así como el personaje imaginario de Cortazar en el que por su boca expulsa conejillos y conejillos practicarían conmigo. Como si fuera un conejillo de indias resultaría víctima de extraños manipuleos mientras se tejía una historia.Si el Quijote lucharía contra los molinos de vientos, al autor le sucedería algo parecido mientras el imaginario unas veces tomaba la forma de un comerciante, otras de un familiar, y así, zaherido permanentemente por las provocaciones estuve durante la mayor parte de la vida abstraido, y en muchos momentos de la vida los nervios se fueron crispando y las ilusiones que trataba de forjar otros me las dañaban. Entre los años 1968 al 1975 resulté víctima de innumerables tropelías por parte de amigos y familiares cosa que despues entendí: Eran imaginarios como el imaginario de Cortazar. Claro que éso lo digo ahora muchos años después porque algo he venido entendiendo.Se suponía que la ezquisofrenia uno la llevaba en la sangre y que con el tiempo terminaría en un manicomio o muerto.No había salvación.O puedo suponer que el estigma de familia se aprovecharía mediante el autismo, e irremediablemente el autor sucumbiría. Poco faltó para éso. Los amigos que conocí lo sabían. Y si lo hubiera intuido, tal vez hubiera sucedido otra cosa.Pero sucedió. En el año de 1971 fuí adonde un amigo en Bogotá a que me prestara un dinero para sacar un reloj que había empeñado; y cuando tomabamos tinto, fuimos detenidos. Yo iba frecuentemente al Automatico y al Pasaje y a otros del centro de la ciudad. Una semana sin saber por qué etuvimos en esa situación. Se me hizo creer que era una persona importante. Pero no. Estaba siendo víctima de un extraño tejemaneje sicológico. Al poco tiempo resulté dando clases en una escuela rural en Prado(Tolima) y en la que muy cerca se construía un puente. Bueno, no se les olvide que soy paranoico debido a todo lo que me ha pasado.Estaban construyendo un puente en la carretera que va a Prado. Era la hora del recreo. Todos los profesores y los alumnos estabamos disfrutando. Dinamitan una piedra para poder ejecutar la obra y las piedras vuelan y un alumno mío sale herido. Despues de manera extraña acompaño a un tío en una noche de fanfarria y me toca quedarme en la carrocería, mientras éste manejaba el camión.Iba con otros dos.Yo le gritaba que parara, y él me respondía que ya ibamos a llegar. La carrocería casi se zafa conmigo. Me trasladan a Ibagué, a laborar en una escuela de Picaleña, la única que queda al lado de la carretera que viene hacia Bogotá. En un curso que hago de normalista para profesores, un imaginario, un compañero de estudios,Gustavo,creo, dice que me siguen. Yo ya para esa época andaba alcoholizado. Días despues, cuando el director y yo estamos en una clase de educación física con todos los estudiantes, en un hermoso paisaje natural adonde a lo lejos se veía una arboleda, y los estudiantes podían disfrutar haciendo sus ejercicios o jugar al futbol en una esplanada, al frente de la escuela, pasando la carretera,se oye:
-Bang! Bang!
Todos nos asustamos.Aunque yo no entiendo, el director grita:
-Todos al piso!
-Hey,profe(me grita a mí). Al piso!
A hurtadillas, todos pasamos la carretera y nos vamos con el director a ver de dónde había salido la balacera. Por esas cosas de la vida, allí se había instalado un poligono por parte , no sé como decirlo, pero el imaginario de Cortazar estaba haciendo de las suyas. Año 1975. Escuela rural mixta de Picaleña. Hoy tiene otro nombre, y yo estaba muy jóven. Creo que el director,lo sabía, y se me estaba creando el delirio de persecución. Muy extraño.
Al otro año, ya estaba en Ibagué. Sabe que con el autismo todos se equivocan. Algo debió de suceder cuando estaba niño porque le tenía temor a todo lo nuevo, a las reuniones, a la congestión, pero de resto me consideraba normal .Otros creian lo contrario. A punta de sustos,de haber sido drogado, sugestionado, creian llevarme al abismo de la ezquisofrenia. Así lo creyeron los imaginarios que me rodearon. Digo yo, porque ahora sé, que lo que había y hay,es un enredo de familia.
Un amigo, que por algunas circunstancias, desde niño,habíamos estudiado juntos ; y otros que conocí en San Simón, a quienes consideré mis hermanos y mis amigos, irían a ser artífices de sendas estratagemas muy planeadas y organizadas para desestabilizarme sicológicamente.Pero con el tiempo,ahora, no era más que un enredo de familia. Afortunadamente estoy vivo y ando cuerdo.
Había terminado el bachillerato, y despues de lo que me pasó en Bogotá con la detención arbitraria, estoy trabajando en Ibagué, y como uno es jóven y tímido, con el tal amigo voy a festejar. Quiero tener una relación con una muchacha que atiende. Al otro día voy. Y desde ahí, comienzan a jugar con mi cerebro. A los dos tragos, no sabía yo en dónde estaba. El amigo me drogó. Eso lo tengo bien claro.Sucede algo que todavía no quisiera acordarme. Qué tristeza, sólo, despues de muchos años, y de haberme enloquecido termino entendiendo. Pero sin embargo escribí un cuento, porque era como si mi cerebro me lo hubieran violado. Un jóven, una persona sana. No le debe a nadie nada.Tampoco es un santo.Quiere disfrutar la vida, y ya es un conejillo de indias. Por cuenta de quién. Por qué. Así me van sucediendo y sucediendo innumerables cosas, en una extraña estragema, hasta que logran desbordar mi raciocinio. Lavado de cerebro. Sicósis. Alcoholizado por muchos años. Pero ya el imaginario de Cortazar me tiene por su cuenta.En la universidad unos amigos terminarían por desestabilizarme, casi completamente.

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