EL ARTE DE ENLOQUECER 3

-!Scraks...! !Scraks!
Yo salía y escuchaba el sonido metálico del palustre al rozar contra el piso. Estaban preparando el cemento y arreglando la penúltima casa que arreglaron en el interior.
-Está muerto,escuché.
Su voz era nítida y yo estaba asustado(sugestionado) y prácticamente el lavado del cerebro, había sido tan constante y tan persuasivo,que al inducirme al delirium tremens, mis nervios no solo estaban destrozados sino que fácilmente podía caer en él y sucumbir ante la extraña encerrona persecutoria. En todo el barrio y en los aledaños del centro de Bogotá se había tejido una maraña, en la que yo parecía un delincuente y mis perseguidores me provocaban sin saber porqué.De esa manera ud. va al abismo sin entender de qué se trata.Parecía un fugitivo huyendo de algo a lo que ud. no sabe.El raspado del piso revolviendo el cemento era como si desde adentro se me atemorizara. Antes, al salir de la casa, esa voz de humo parecía ser real. Lo imaginé mucho tiempo despues. Cómo no tenía de qué vivir,tenía que hacer algo, o si no mis nervios terminarían por dominarme.Debo decir que durante muchos años esa estratagema se usó. La encerrona más que todo, era de caracter sicológico.Hasta ahora caigo en la cuenta que durante toda la vida fuí víctima de extaños personajes que salían sin saber de dónde, como si yo fuera culpable de algo, o como si alguien me los enviara.Si ud. le pasa eso desde niño de seguro que anda traumatizado.Asustado.A los 16 años unos amigos ya me tenían como ezquizofrénico.
Mi padre me lo dijo cuando entré a trabajar con él en una cacharrería:
-La ezquizofrenia se lleva en la sangre.
Yo estaba muy jóven y todavía no entendía éso. Había un primo,Pajarito,le decíamos, que comenzó a irsele la cabeza como yo.Andaba como meditabundo y solitario. Algo parecido a lo mío. Alguien lo quiso enloquecer.Yo lo he vivido, y uno no entiende por qué está en esa situación. Durante toda mi vida fuí sometido a lo mismo como si fuera un conejillo de indias mientras me fueron sucediendo,accidentes extraños,en las que sucedieron manipuleos sicológicos.Nunca entendí. Eran más que una especie de perseguidores, buscando desestabilizarme. Y de verdad que lograron. Se me estaba provocando las voces, las que escuchan las personas a las que les dá el dilirium tremens, y sin embargo yo estaba consciente, pero casi que mis nervios lindaban con el pánico.Así fue como antes me enloquecí y escuché las voces, y así fue que resulté con varillas en la columna vertebral Había llegado a aquella casa para éso, y de manera sútil se me quiso provocar nuevamente la alteración de los nervios. Por las calles, me salían personajes oscuros hablándome, otros me provocaban, pero como ya comenzaba a entender, fui saliendo del encierro sicológico asustadizo en el que me encontraba pero muy dificil en medio de semejante enramaje que no entendía el porqué me hacían semejante artimaña.No sé si se habran leido a Cortazar.En un libro de cuentos hay dos que siempre me han inpresionado pues me atañen, en donde la fantasía supera la realidad:
Hay uno en donde un personaje comienza a botar conejillos por la boca, y no no hay manera de terminar con éso.Una especie de presdigitador. A mí desde muy niño me cogieron como conejillo de indias, mediante personajes extraños, como si yo hubiera nacido en medio de un enredo de familia, y los familiares utilizando los recursos de dichos personajes, me hubieran querido hacer creer que era un perseguido, un pervertido. para así justificar.Qué tristeza.Puedo suponer que ése extraño complot de policía no obedece más que a ese enredo de familia.Un nudo gordiano que habra que desatar.Y el otro cuento, es el de una casa tomada en donde el personaje comienza a escuchar ruido extraños, y se llega el momento en que lo sacan.Algo parecido me sucede en medio de enredos de familias de vecinos y familiares.Pero hubo un momento en que escuché voces, pero voces como las de un primo, en la que me amenazaba.Y de otros. Mediante la sugestión se me quería hacer creer que yo las escuchaba cuando en realidad me las decían.
No solo me las dijeron tras las paredes, sino que utilizaron frecuencias de radio y tal vez en medio de la locura las escuché por la radio, o tal vez, en la operación de la columna vertebral algo me colocaron pues el personaje de Cortazar, más parecido a la realidad me botaba infatigablemente conejillos para practicar conmigo.O tal vez por mis nervios estar crispados, de tanto susto y encerrona me colocaban una frecuencia entre 8000 a 20000 decibeles por segundo. Pero algo pasó.Cuando una persona se le induce al delirium tremens cualquier accidente le puede pasar o cualquier cosa puede hacer.En la próxima contaré mejor este relato, si se puede llamar así.

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