INFIERNOS PELIGROSOS

En Ibagué entre los años de 1960 a 1970 ocurrieron dos incendios que abarcaron cada uno casi toda una manzana y que por fortuna hasta donde yo recuerdo no hubo víctimas fatales.Hay que decir que Ibagué es una ciudad intermedia de Colombia que queda cerca de Bogotá y que por su ubicación es visitada por la mayoría de los colombianos que vivimos en el interior.Sus gentes son tranquilas y amables.Todavía ud. allí puede encontrar que en la mayoría de los negocios,incluso de oficinas,las personas que los atienden los cierran y se van para sus casas a almorzar y a darse una siesta.Una cosa que ud. no lo vé aquí en Bogotá porque mientras unos negocios cierran al atardecer,otros a esas horas comienzan a funcionar.En esa época, como digo,los dos incendios fueron infiernos peligrosos pues por sus características de no controlarse por los bomberos los daños hubieran podido ser mayores.En el primer incendio que fue al comienzo de los sesenta se presentó en la carrera tercera con calle dieciseis pasada la media noche.Nosotros vivíamos sobre la la misma calle .En ésta había muchos negocios nocturnos en la que casi nunca se presentaban riñas ni nada que alterara el orden.El edificio creo que se llamaba ROA.En el segundo piso había(la hay)una azotea grande que salia del edificio y que limitaba con las casas antiguas que fueron presas del incendio que abarcó casi toda la cuadra y que impidió que las llamas avanzaran más allá.Fue una especie de cortafuegos.Mi madre y yo,vivíamos en un apartamento en el cuarto piso,sobre lacalle que les digo, y nos dimos cuenta por el ulular de las sirenas y la gente que a esas horas se dirigía hacia el sitio para ver lo que ocurría.Desde allí no podíamos ver nada pero el calor era impresionante.Yo me alcancé a subir a la terraza del cuarto piso y desde allí pude observar aquel infierno que amenazaba con adentrarse en el edificio.Me bajé y le avisé a mi madre.Ya ésta lo estaba mirando desde la cocina del apartamento por una ventana pequeña que permitía mirar hacia allí.Aunque convivíamos con doña Lilia y sus hijas,éstas no estaban.Lo mismo sucedería en el otro incendio con ellas.Alcanzamos a sacar lo que pudimos,así como tambien unos pajaritos que teníamos en una jaula.Esperamos hasta el amanecer,hasta cuando las llamas estuvieron dominadas.De aquellas casas hoy no queda nada,ahora hay unos edificios y entre estos un centro comercial muy famoso.
El otro incendio sucedió muchos años mas tarde,tambien sobre la carrera tercera,a media cuadra del anterior y en la que vimos casi peligrar nuestras vidas.Fué en el año de 1970.Vivíamos con las mismas amigas en el piso 3,y éstas se acababan de ir para Venezuela en la busqueda de nuevos horizontes.Sin embargo compartían con nosotros el valor del alquiler.Allí funcionaba el teatro Nelly,años más tarde llamado El Doral, y hoy convertido en una especie de casino de juegos El Doral.Desde el mismo tercer piso,no más uno salir,se encontraba con la sala desde donde se proyectaban las películas, muchas de las cuales ví pues eramos amigos del técnico que las proyectaba.La señora Anita, vivía en la terraza,en el cuarto piso,y al cual casí nunca ibamos porque tenía un perro muy bravo.Esta, además de administrar el edificio,vendía las galguería a los cineastas.El incendio se presentó tal vez en un almacén de telas o sino por la carrera cuarta en donde hoy hay un hotel.Esta vez el incendio se metió por el primer piso,en la sala del teatro y nosotros entre sueños solo nos dimos cuenta cuando escuchamos como a lo lejos voces de pánico, y el aire que nos faltaba hizo que nos despertara pues el humo cubría todo el apartamento.Presurosos,con mi madre,corrimos hacia las ventanas y al abrirlas pudimos respirar.Desde abajo la gente aterrorizada nos gritaba que nos bajáramos,pero al abrir la puerta de la salida de la vivienda el humo y el calor nos obnuviló.Nos dió miedo bajar por las escaleras.No se veía nada.Nos atrevimos a subir al cuarto piso a donde doña Anita y allí pudimos respirar tranquilamente.Divisamos como las llamas amenazaban con extenderse.Del perro supimos que al otro día había amanecido en el otro edificio que colindaba con el del teatro.Esa noche tambien tuvimos que amanecer en la calle esperando a que los bomberos terminaran con su trabajo.Por lo demás,con los años,como me he vuelto paranoico, hoy pienso que para esa época,incluso desde muy niño, ya tenía un enemigo oculto,pues durante el trancurso de mi vida me han sucedido accidentes extraños.

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