EN VENEZUELA:Tragedia de una historia
Aunque estoy escribiendo la historia de un autista en Colombia quiero contar de manera muy resumida lo que me sucedió cuando viví y trabajé en ese pais hermano, y aunque durante años los pocos empleos que tuve en mí país, de alguna manera me los dañaban,en Venezuela tuve dos:Uno a nombre mío y otro en el que figuraba mi señora.
Vamos por partes. En el año de 1978 estaba estudiando en la universidad Libre,y al finalizar el año lectivo quería irme para Venezuela porque mi madre estaba residiendo allá.Yo me encontraba sólo,viviendo con la tía en la casa de la que antes comenté.Me había venido de Ibagué debido a que me sucedieron dos marcas trágicas que no las podía entender y que ahora despues de los años, la entiendo, así como otras cosas que iré contando en la medida que se pueda.En cierta medida mediante amigos parece que se estaba tratando no solo de tejer una historia,sino que me fueron sucediendo accidentes que pudieron ser fatales.Por lo demás hay que decir que venía con una baja autoestima. Sin embargo, aquellos que aparentaban ser amigos,uno les creía a fé ciega.Uno brilla por la ingenuidad, y además a pesar de todo, se goza de juventud. De eso hablaré otro día. Fué así como viajé a la ciudad de Cúcuta con la intención de comunicarme con mi madre, a ver si lograba cruzar la frontera.Ya doña Lilia estaba instalada, y sus hijas con unas primas mías trabajaban y hacían sus vidas allá. En tres ocasiones había ido hasta Cúcuta, y había cruzado la frontera para comprar mercancía en San Antonio, y llevarla hasta Bogotá, a donde la pagaban muy bien, no sin antes haber pasado por toda una travesía en medio de autoridades que por todos los medios querían impedir que entrara el contrabando al interior del pais.La pasada a Venezuela estaba acordada. Tenía que llegar sólo hasta antes de La Fría, Venezuela, y de antemano decir al chofer, que me dejara en un sitio que era muy conocido por ellos. Despues algún guía se encargaría de llevarlo a uno en medio de la montaña, hasta adonde la hija de doña Lilia me estaría esperando en su carro particular,y ésta me llevaría hasta Caracas.De esta manera uno evitaba que en la álcabala que tenía instalada la guardia nacional en La Fría, lo devolvieran por indocumentado. Se sabía con toda seguridad que ninguna autoridad se encargaría de pedirle papeles a uno, siempre y cuando se estuviera dentro del carro particular en el que fuera. .A pesar de estar todo acordado, me arrepentí .Hoy mirando retrospectivamente ,de manera calmada, de pronto ésta no me hubiera estado esperando.
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