EN VENEZUELA: Tragedia de una historia 2

Tendrían que pasar 12 años para que el autor llegara a Venezuela.Habían pasado muchas cosas en Bogotá.Como conejillo de indias se le había hecho todo un trabajo en la que mediante amigos en la universidad Libre y de familiares,de tanto sucederle cosas,lo que estaban practicando era crearle un delirio de persecución y de esta manera inducirlo a un delirium tremens.Personajes extraños se le fueron acercando y las calles se fueron volviendo peligrosas.Cuando no le salía un truhán,algún agente del orden le pedía papeles. Sino lo robaban lo hostigabanEsos amigos que venían desde Ibagué y otros que conoció en la universidad no eran lo que el autista creía.Las marcas siniestras que ya le habían pasado por su vida,ahora amenazaban con repetirse.Se imaginaba que era un perseguido político,un pervertido, o un ladrón.Era como si fuerzas oscuras lo quisieran enloquecer o matar.Estaba alcoholizado y además despues de pensar mucho en lo que pasó en esos años el último grupo de amigos no eran más que personajes oscuros que a toda costa querían llevarlo a la tumba.Estaban tratando de enloquecerlo mediante conductas extrañas,y hablaban y hablaban metiéndole cuentos extraños,algo parecido a lo que dijo un alemán muy conspicuo en la segunda guerra mundial:Una mentira mil veces repetida,se convierte en verdad.Un lavado de cerebro.Una argucia sicológica en la que la víctima puede morir de un infarto,de un accidente macabro, o terminar en un manicomio.Con toda seguridad,el autor sabe que tambien alguna sustancia sicótica debieron echarle en el licor.Cosas infames le sucedieron.En la casa le habían creado el temor a llegar.Pero sucedió el milagro:Una hija.Estaba conviviendo con un primer amor de juventud.La madre que estaba en Venezuela le ayudaría a salir hacia ese hermoso pais hospitalario y en el que muchos Colombianos y latinoamericanos pensaban.Todavía quedaba algo de la bonanza petrolera que atrahía a los descamisados.Era lo más cercano.En Cúcuta hubo que esperar un buen tiempo.Sin embargo se jugó hasta el último minuto para tratar de hacerle creer que medio pais lo perseguía.Estaba en una peluquería cuando dos personajes que parecían malandros lo esperaban en la puerta.Antes lo habían perseguido por calles polvorientasy desoladas.El último taxista que con doña Lilia había tomado para ir por la mujer y la hija los metió por una carretera solitaria como si les fuera a hacer algo.Detrás de ésto,ahora que han pasado los años,esa mano siniestra no era más que la de unos familiares que durante toda la vida instigaron.Una cultura hermana me esperaba.Llegamos a Caracas, y de ahí a Catía La Mar.Pasando por el primer tunel que lo lleva a uno de Caracas hacia la costa,se vislumbraba la masa del mar Atlántico que dejaba ver su redondez y parecía que nos dirigiéramos hacia ésta.Por su color verdoso parecía una montaña inmensa, mientras el sol resplandecía.A los pocos años sabría que cuando el color cambiaba a oscuro y el mar se encabritaba con los vientos,era el preludio de la tormenta que se avecinaba.

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